La alquimia del oficio de reportero

Jorge Manrique Grisales. En días pasados hice el lanzamiento de mi libro Oficio de reportero en la Feria Internacional del Libro de Bogotá. Fue un afortunado encuentro con reporteros de hace 30 años, profesores de periodismo de varias generaciones y estudiantes de algunas facultades de Comunicación que se acercaron a curiosear lo que estaba pasando en el stand de la Universidad Javeriana.

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Foto Sello Editorial Javeriano

Si se le dijera a un antiguo relojero que hablara de su oficio, seguramente se referiría a piezas, piñones y resortes que las nuevas generaciones no logran identificar en sus relojes electrónicos acondicionados hasta para contabilizar los latidos del corazón. A los periodistas de antes nos pasa igual. Sucumbimos, a veces, a la nostalgia de las máquinas de escribir, los teletipos y los teléfonos de disco.

El libro Oficio de reportero recoge 48 historias, comentadas y explicadas por el autor. Es algo así como el detrás de cámaras de labores como ir a las fuentes, confrontar los datos, escuchar a los protagonistas de viva voz y verificar cada cosa que te decían… En fin, se trata de un viaje al corazón de alquimista del reportero que pasó por distintas salas de redacción y distintos escenarios de país.

Me acompañó en la presentación del libro el colega y amigo de toda la vida, Rodolfo Prada Penagos, con quien departimos y respondimos preguntas. Obviamente que la gran tentación era sucumbir a la añoranza, pero teníamos al frente un público joven que también esperaba escuchar cosas acerca de la moderna relojería del periodismo.

Las nuevas tecnologías acercan cada vez más el acontecimiento al lector. Es como magia pura que se transmite a través de un celular o una tableta. Pero queda eso otro que debe ordenarse, reflexionarse y narrarse con estilo propio… Ese periodismo nunca pasará de moda y lo reivindico en el libro donde explico cómo se consiguieron las historias, los dilemas que enfrentó el reportero y cómo finalmente resolvió eso que le entregó a los lectores.

No me sumo al apocalipsis de la muerte del periodismo como lo conocimos a mediados del Siglo XX. Más bien trato seducir a los jóvenes para que exploren las posibilidades narrativas de sus mentes en sus fantásticos aparatos y entreguen historias llenas de contenido y, ante todo, de interés humano.

1 comentario en «La alquimia del oficio de reportero»

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