
Felipe González.“Por lo general siempre fui una persona rebelde. A mi no me gusta que me digan: ´usté tiene que hacer´ lo único que uno tiene que hacer es morirse”, exclama Jhonny, sentado en el estudio de fotografía de su casa. Luego de esto, suelta su icónica e inconfundible carcajada.

Johnny Rasmussen Lloreda nació en Cali, Colombia en 1946. Desde pequeño tuvo el sueño dorado de estudiar Química, lo que lo llevó a la Universidad de Barcelona. Defraudado por ver sólo números y fórmulas, abandonó su sueño después de escuchar la rutina de trabajo de su profesor más admirado.
Con ganas de buscar otro sueño, Johnny regresó a Cali. Tenía dos opciones: ser vendedor de mostrador en Comfandi o irse como único asistente de fotografía a Cartón de Colombia. Fue allí donde comenzó a interesarse por la fotografía, arte que lo enganchó desde un principio ya que combinaba la química y la física, sus dos pasiones de toda la vida.
Con algunos conocimientos previos básicos, adquiridos a punta de libros, fue incursionando en este medio de la mano de Osvaldo López. “Yo no tenía ni idea… Yo era fotógrafo de paseo, y sabía por lo que había aprendido en los libros. Y aproveche que había una vaca sagrada pariente en Cartón de Colombia y me fui para allá”. Gracias a Osvaldo, Johnny se empeñó en aprender, investigar, experimentar y cacharrear a fondo la fotografía.
Sin embargo, su carrera en Cartón de Colombia no duró tanto como esperaba. “Trabaje ahí cuatro años hasta que me echaron porque freelanceaba… El sueldo era muy bajito, así que monté mi propio estudio de fotografía en mi casa. Me empezaron a llegar clientes. Yo salía de cartón de Colombia y me quedaba trabajando hasta las 2 ó 3 de la madrugada. Cartón de Colombia se enteró y, obviamente, me echaron” (nuevamente suelta otra carcajada). Y prosigue: “No saben el favor que me hicieron. Ahí comencé un proceso largo… Estaba en mi salsa, creando procesos, experimentando procesos, destruyendo procesos”.
Entre 1976 y 2001 Johnny se dedicó de lleno la fotografía, especialmente a la fotografía publicitaria. “La publicidad no era lo que más me gustaba. Había algo personal que debía llenar. La agencia me sirvió para llenar el bolsillo y con el bolsillo llenó me pude llenar el corazón. Siempre he dicho que todo es como una balanza: lo que produce un peso, con lo que no produce un peso.”
En todo este proceso entendió algo que él llama la “esencia de la fotografía” que consiste de plasmar sus ideas en imágenes fotografías. Con su talento se ganó tres premios mundiales en los concursos de Colgate Palmolive, y alcanzó su epítome con su obra fotográfica/publicitaria “Homo Cannabis” en pos de una campaña contra las drogas. Esto lo llevó a ser el único latinoamericano incluido en el libro mundial de fotografía publicitaria. Incluso en libros de fotografía modernista como The art of persuation se habla de Johnny Rasmussen al lado de duros como Robert Mapplethorpe y Ansel Adams.
Pero las cosas han cambiado. “Hoy ya no se le paga al conocimiento, sólo a la fotografía.” Pero a Johnny, no le importa eso, pues vive lleno de orgullo sabiendo que vivió y que afuera es reconocido como uno de los grandes de la fotografía modernista.
Actualmente Johnny sigue viviendo en Cali, en su casa de toda la vida, ubicada en el barrio San Fernando, donde se dedica a dictar talleres de fotografía y está abierto a apoyar a cualquier actividad cultural con su proyecto “Casa Rasmussen”… Eso sí solo si, se trata de alguien que venga con una idea seria.
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