‘La piel del tambor’ llega a las salas de cine en Colombia

Frente a una destruida iglesia de Sevilla, cuya silueta se recorta misteriosa contra la luz de la luna, el sacerdote Urbizu se detiene para invocar la ayuda de Dios. Enseguida penetra en la iglesia por una puerta lateral pero no logra llegar hasta la nave central porque un pedazo de cornisa cae de repente, terminando con su vida de manera inmediata…

Esta es la descripción de una de las escenas de esta producción, protagonizada por el actor británico Richard Armitage y la española Amaia Salamanca, que cuenta con varios talentos colombianos, empezando por su director Sergio Dow, su productora Alina Hleap y el actor Víctor Mallarino, quien interpreta a un detective que investiga una serie de asesinatos en una iglesia de la ciudad española de Sevilla.

Al mejor estilo de películas de espías, La piel del tambor involucra a la Iglesia, la aristocracia y una trama compleja de suspenso, cuyos personajes principales usan sotana, pero protagonizan escenas de acción. La historia se desencadena cuando un hacker, que supera todos los filtros de seguridad informática, envía al ordenador personal del Papa un correo electrónico pidiéndole investigar las muertes ocurridas en una iglesia barroca del siglo XVII que se desmorona y que, aparentemente, mata para defenderse.

El encargado de adelantar la investigación, y evitar un escándalo, es el padre Lorenzo Quart, un apuesto, elegante, mundano e inteligente sacerdote perteneciente al Instituto de Asuntos Exteriores de la Iglesia, un brazo del aparato de inteligencia del Vaticano y quien es poseedor de una larga experiencia en los asuntos oscuros de la Santa Sede. 

Este thriller, rodado en inglés, con un gran elenco internacional del que hace parte el actor Paul Guilfoyle, reconocido en el medio artístico por su personaje del detective Jim Brass en la serie CSI, está basado en la popular novela homónima, La piel del tambor, de Arturo Pérez-Reverte, autor que describe esta producción como “una de las mejores adaptaciones que se han hecho de mis textos. Son mis personajes: es mi padre Quart, es mi Macarena, es mi Sevilla”.

Sin duda, un grato voto de fe, viniendo directamente del escritor que ha sido muy enfático en su opinión sobre producciones basadas en sus libros: “No ocurre siempre y cuando una película no me gusta me callo, ahora, cuando me gusta lo digo. La piel del tambor es una película extraordinaria”, asegura el autor que ha visto en el cine y en series de televisión, 13 producciones basadas en sus relatos.  

El director de la película, que se estrena en salas de cine colombianas este 10 de agosto, Sergio Dow habla sobre esta adaptación cinematográfica de una de las obras más emblemáticas de Pérez-Reverte, la misma que ha sido traducida a más de 30 idiomas en 50 países. 

¿Sergio, cuál fue el gran reto de llevar La piel del tambor del libro a la pantalla?

Darle una estructura de tres actos a un exquisito material literario abundante en descripciones y disquisiciones filosóficas constituyó el primer reto. Y si bien es cierto que la novela cautiva al lector con habilidosos recursos narrativos, no todos eran directamente transportables al medio cinematográfico. 

¿Qué tantas libertades se tomaron en el guion de la película?

Hasta donde fue posible el guion se ciñó a la novela, pero con nuevos aportes desde lo cinematográfico. Esto permitió desarrollar la historia, los personajes y el conflicto en función a una mayor eficacia narrativa, a crear situaciones de más alto valor dramático y definir más nítidamente tono y género, forjando un drama conciso en el que predominan las convenciones del mystery/thriller”.

La película igual se mueve en un contexto más actual…

Sí, en la actualización del contexto tuvimos en cuenta las advertencias proféticas y las admoniciones del autor. Las implícitas en la novela y las de sus artículos de prensa: la actual revuelta en el Vaticano que enfrenta los sectores más conservadores a los más progresistas, el aborto, el celibato y una guerra religiosa que no acabamos por aceptar.

¿Por qué se decidió rodarla en inglés?

Fue una condición del autor. Una película en inglés llega a un mercado mayor. Y nos permitió una selección del reparto más amplia. El inglés es el idioma más común de la industria y la mayoría de los actores se sienten cómodos actuando en él. 

Usted ha realizado trabajos en Kenia, Estados Unidos, Argentina, Alemania, México, Italia, España, Venezuela. ¿Qué significa volver a casa y estrenar esta película?

No hay como la tierra de uno. Y que suerte que sea un país de una riqueza cultural y, en todos los sentidos, tan excepcional como Colombia. 

Háblenos del elenco ¿cómo se llegó a sus protagonistas?

El guion es lo que atrae a los actores. La historia y el diálogo. Tuvimos el privilegio de contar con una formidable directora de casting, Camilla Isola, quien no escatimó esfuerzos para ensamblar el mejor reparto posible.

Alina, Víctor y usted… la delegación colombiana en Sevilla, en medio de un equipo multicultural, cuéntenos de esas semanas de rodaje.

Víctor es el más sólido, experimentado y talentoso actor. Es un placer trabajar con él. Una gloria del cine y de la televisión colombiana que está en su mejor momento. El rodaje fue perfecto, sin contratiempos. Los equipos técnicos de España y de Italia, excepcionales y los elementos colombianos estuvieron, como era de esperarse, a la misma altura. El crédito es para el flamante equipo de producción. La hospitalidad de las ciudades en que rodamos fue absoluta. Y el apoyo de los sectores público y privado total. No habría como agradecerlo.

 

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