
Hoy por hoy es muy común encontrar información sobre cómo y dónde invertir dinero. Si antes el mercado financiero lo constituían las acciones de bolsa, contrato de fondos de inversión, o negociación de activos convencionales, hoy en día el mercado de divisas y el de criptomonedas ganan cada vez más adeptos. Sobre todo, en las generaciones más jóvenes, donde la cultura del emprendimiento y, por qué obviar decirlo, la del inmediatismo son parte casi de su ADN.
Si bien encontrar y tener orientaciones hacia una perspectiva de inversión pasiva o menos riesgosa, no es lo más atrae a las nuevas generaciones, no se puede olvidar que los principios que la componen sí se convierten asuntos muy interesantes para las que las preceden.
Confirmar la veracidad de lo que se dice:
Es bien sabido que, existen tantos tipos de inversores, como tipo de consumidores hay en el mundo. Hay personas que compran un bien simplemente por capricho o porque estaba a bajo precio, pero no por una cuestión de funcionalidad o practicidad. Y está bien, a todos no ha pasado comprar algo desde simplemente lo emocional.
Sin embargo, es necesario advertir que existen asuntos claves al momento de invertir. Un inversor, sea o no iniciante, no puede desconocer o considerarlas como una obviedad, porque sencillamente es en los aparentes detalles donde se originan los grandes errores. En otras palabras, sacándose de encima las solapas de la inmediatez y el exitismo, el inversionista el inversionista queda más dispuesto a generar estrategias de negociación de que a jugar deseos de ganancia.
Invertir a largo plazo
Más sabe el viejo, por viejo que por diablo. ¿Cómo podría aplicarse esta frase? El tiempo suma experiencias de aciertos y desaciertos.
Dentro de lo que es que es el trading, una manera convencional de ganar dinero es invertir parte de los ahorros en comprar activos, pero no con la intención de extraer ganancias a corto plazo, sino teniendo la expectativa de mantenerlos por largo tiempo.
No se puede desconocer que, hay periodos donde el mercado genera índices de volatilidad donde el precio de activos o divisas puede bajar o subir de forma muy abrupta, e inversores arriesgados aprovechan estos días para hacer rendir el dinero que invierten, pero qué ocurre si un inversionista está del mercado justamente fuera de esos días.
Predecir cuándo ocurrirán los más altos picos dentro del periodo de un año, es prácticamente imposible, pues lo que suele ocurrir en realidad es que, a días de alta ganancia, sean sucedidos por días de grandes caídas, o a la inversa. Por lo tanto, invertir por un largo periodo de tiempo, es mucho menos riesgoso que invertir a corto plazo.
Diversificar
Inversionistas profesionales o incluso agencias corredoras, no cuentan con antecedentes lo suficientemente sólidos para vaticinar si la inversión en un activo dará mayor ganancia que otro.
Por esa razón, los expertos en inversión siempre recomiendan diversificar las fuentes en las que un inversionista coloca su dinero. Es decir, un trader siempre debiera considerar invertir en dos o más tipos de activos.
Para quienes invierten en acciones de forma menos arriesgada, los fondos que rastrean los principales índices como el S&P 500 o el Nasdaq claramente les reporta rendimientos anuales con una mayor posibilidad de ganancia, aun cuando cuantitativamente sea mínima. En otras palabras, aunque el inversor no obtenga un gran retorno, es menos probable que pierda parte del dinero invertido.
En el caso, incluso, de las formas de inversión más actuales, como son las criptomonedas, sucede lo mismo. Esta práctica es muy común si pensamos en “blue chips”, el famoso cuarteto: Bitcoin, Ethereum, Litecoin, y Dash.
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