Dejación de las armas en Santodomingo – Cauca, un pasado y un futuro por la paz

Foto Alcaldía de Cali

“En aquel entonces, yo estaba desarrollando un trabajo social en el Distrito de Aguablanca como parte de la generación que trabajó en este territorio al oriente de Cali, bajo la lógica de educación popular para construir el tejido social de barrios como El Vergel”, así lo dijo la hoy asesora de Transparencia del Municipio, Alfayma Sánchez, al remitirse a esa época, tiempo en que el gobierno del presidente, Virgilio Barco Vargas firmaba el acuerdo de paz con el comandante del M-19, Carlos Pizarro Leongómez.

“El inicio de esa década fue un momento en el  que se recoge el clamor de un país que quería dejar de ser tan centralista, donde hubo un gran movimiento porque hubiera gobiernos locales y en la vida se sentía un fulgor entre los jóvenes de una generación que quería dejar una marca en el país, respecto en la existencia de la descentralización y al lado de ésta, un movimiento por la paz”, conceptuó.

También dijo que “afortunadamente, a través de la historia tenemos un hartazgo de la guerra y creo que ahí había la idea de que no era necesario tener armas para discutir políticamente, pues hay otras formas de mejorar conflictos –no desde la degradación- sino de la oportunidad de la creación, y no la agresión, como nos retaban incluso los textos de Estanislao Zuleta, donde si no se está de acuerdo con el otro, ello sea una oportunidad de crear otra cosa, donde no hay ganadores, sino de hacer una vida en común”.

Sánchez señaló que 1990, el mismo tiempo de la firma de paz entre el gobierno y el M-19, también fue de alguna forma, el prólogo de un movimiento expresivo de jóvenes, donde se decía que había otras maneras cargadas de poesía, música y cine.

Por su parte Carlos Alberto Rojas, secretario de Seguridad y Justicia, quien en 1990 vivía todavía con sus padres, también recordó: “después del acto de dejación de armas en el corregimiento de Santodomingo, perteneciente al municipio de Toribío en el Cauca y la posterior rubrica de pacificación en Bogotá, se da continuidad a la formulación de una nueva Constitución, después de una dinámica de un grupo armado, que durante 20 años de confrontar al país en la necesidad de adoptar un nuevo modelo de desarrollo para la democracia, concluye en esa carta que nos ha marcado por 30 años”.

Sostuvo que “lo que desató de alguna manera que una organización como fue el M-19 hiciera irrupción en el espacio público legal y constitucional, también provocó un nuevo orden institucional con una cantidad de cambios y transformaciones, que terminaron en la definición de nuevas reglas para el país”.    

Entre tanto Danis Rentería, secretario de Paz y Cultura Ciudadana, quien por esas calendas era militar activo en la Cuarta Brigada del Ejército Nacional con sede en Medellín, señaló: “la dejación de armas del M-19, fue un primer paso de lo que el país ha venido buscando, como es acabar con el conflicto armado interno”.

“Pienso que ese proceso de paz fue una ruta a seguir, que podría decirse hoy, sentó las bases para lo sucedido en 2016 con las Farc y lo que puede pasar con otros grupos alzados en armas”, anotó.

El funcionario subrayó que “de esa experiencia recogida de los años 90, donde a hombres y a mujeres reincorporados se les brindó la oportunidad de educación, emprendimiento, y otras oportunidades, queremos desde la  cartera que me encomendara el alcalde Ospina, propender por replicar esos ejemplos y oportunidades con aquellos que se acogieron a la paz por parte de las Farc en esta capital, de ahí que estamos llevando a cabo una mesa de construcción para evaluar procesos para mejorar la calidad de vida de estas personas”.

Fuente: Gustavo Sánchez/Alcaldía de Cali

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