Los contratos incluyen el mantenimiento por dos años y la reposición de los individuos que se pueden perder por diversas razones.
En el corredor del río Cali, por ejemplo, hay tres tramos donde se han sembrado árboles: El primero va entre el Jardín Botánico y el Zoológico de Cali, el segundo va entre el Zoológico y el puente de la Calle Octava y el tercer, y último tramo, es el Puente de la Calle 25 hasta la 70.
Los árboles se sembraron en época de lluvias y con un hidroretenedor para garantizar un mínimo de humedad, pero debieron afrontar la disminución de las lluvias de principios de este año y también sufrieron por el mal comportamiento de algunas personas.
«Sobre todo entre el puente de la Calle Octava y el Zoológico de Cali, dado que allí habitan personas en la franja forestal (habitantes de calle) que afectaron los cerramientos (la mayoría desapareció) y hacen disposición inadecuada de residuos sólidos, incidiendo en el desarrollo de las plántulas», dice Gabriel Fernández, ingeniero ambiental del Grupo de Gestión Forestal Sostenible de la Dirección Técnica de la CVC.
En el tramo del Jardín Botánico también se han perdido algunos encerramientos y hay afectación por hormiga arriera, de ahí la importancia de que los contratos de siembra incluyan el mantenimiento de los arbolitos y la reposición los individuos que no sobrevivan.
«A estos árboles se les está haciendo mantenimiento por un período de dos años, que es lo que dura esta contratación, pero se le dará continuidad hasta el 2020 para garantizar su supervivencia. En este momento, inclusive, se le está haciendo mantenimiento a árboles sembrados en vigencias anteriores, desde el 2015 para acá», explica Didier Orlando Upegui Nieva, ingeniero forestal del Grupo de Gestión Forestal Sostenible de la Dirección Técnica de la CVC.
«En el caso del corredor del río Cali, la selección de los sitios y las especies se hizo en conjunto con el Dagma y la comunidad a través de la Mesa del Río Cali, del Sistema de Gestión Ambiental Comunitario y los miembros del Comité Cívico del Oeste, con quienes se hicieron recorridos. También se le está haciendo mantenimiento a especies representativas como doce chiminangos priorizados con el Dagma», añade Fernández.
En la siembra y mantenimiento de árboles se están invirtiendo 2.500 millones de pesos, pero, además, se están invirtiendo casi seis mil millones más en extracción de raíces y tocones (un tocón es la sección de tronco que queda en el suelo unida a la raíz en un árbol talado).
«Se trata de árboles que por enfermedad u otra circunstancia tuvieron que ser talados y aún quedan las raíces. Son cerca de 10.300 las que se están extrayendo», dice Upegui Nieva.
Eso significa 10.300 nuevos sitios donde se podrán sembrar nuevos árboles en las 22 comunas de Cali. Lo importante es que la gente y las instituciones cuiden estos árboles porque además de oxígeno y belleza, nos brindan confort.
«Se han hecho estudios y hay identificadas islas de calor que afectan también a la comunidad. Con estos árboles se pueden disminuir estas islas y crear mejores microclimas para la comunidad», concluye Upegui.
Samanes, casco de buey, ébano, caracolí, acacia, chiminango, cedro, caoba, cadmia, gualanday, achiote, árbol del pan, carbonero, crispeto, almendro, chocho, guásimo, guamo, jazmín, laurel, mamey, mango, guayabo, ramo de novia, capote brasileño, júpiter y mirto son, entre otras, las especies que se están sembrando y con las que la CVC le cumple a Cali.
Foto: CVC
