El impacto del anime y manga en Univalle

Foto Agencia de Noticias Univalle

Manga es el término bajo el cual se denomina al cómic japonés y al estilo de dibujo utilizado en él. Anime es el término usado para referirse a la animación japonesa.

Esas fueron algunas de los conclusiones de la charla “El impacto de la cultura visual: el anime como industria” que ofreció Julio Ortega, organizador del Shinanime Festival, un evento dedicado a la difusión de la cultura mediática japonesa, juegos de rol, videojuegos entre otros, y que se ha posicionado como uno de los más importantes a nivel regional.

Esta charla se dio como parte de la III Semana Cultural Colombo Japonesa que organizan el Centro de Lenguas y Culturas de la Escuela de Ciencias del Lenguaje y el Área Cultural de la División de Bibliotecas de la Universidad del Valle, con el apoyo de la Iglesia Tenri de Cali.

Para entender el impacto que el manga y el anime tienen a nivel global, es necesario un poco de historia. Los orígenes del cómic japonés se encuentran en los ukiyo-e, dibujos que en la época del Japón feudal representaban a los samurais y la clase dominante. Fue el artista Hokusai Katsushika quien se alejó de esta tendencia y comenzó a dibujar a gente del común, como artesanos y mercaderes.

El primer antecedente de un anime se encuentra en Genkanbam no Maki, una animación que data de 1917. Sin embargo, según Ortega, se encontró Katsudon Sushin, una animación que entre 1903 y 1907 una distribuidora anteponía al inicio de sus obras.

Fue Osamu Tezuka, un joven estudiante de medicina apasionado de los dibujos animados de Walt Disney, que revolucionó la producción de manga a partir de su libro “La nueva isla del tesoro”, al aplicar un estilo cinematográfico que descomponía los movimientos en varias viñetas y combinaba este dinamismo con abundantes efectos sonoros. Tezuka es el artista al cual se debe que los personajes del manga y del anime tengan los ojos grandes y expresivos, así como que los personajes siempre usen la misma indumentaria.

La aparición de Tezuka se da en la posguerra, cuando Japón era una nación asolada por los efectos y consecuencias de la Segunda Guerra Mundial. Tezuka creó dibujos a bajo costo para que pudieran ser adquiridos con facilidad por la sociedad de ese momento.

Osamu Tezuka es el creador de obras como Astroboy (una serie ambientada en un futuro los robots coexisten con los humanos) y Black Jack (que sigue las aventuras de un médico apodado con el mismo nombre de la obra); y así mismo, sentó las bases para los géneros del manga.

Algunos de los géneros predominantes son el shōnen (destinados principalmente para adolescentes hombres), shōjo (mujeres adolescentes), seinen (hombres adolescentes y adultos), josei (mujeres adolescentes y adultos) y el kodomo (público infantil).

Dado el impacto de la obra de Tezuka, el público pedía animaciones de sus obras. Y en el contexto de la posguerra en Japón, donde no había recursos suficiente, tuvo que desarrollar técnicas para desarrollar animaciones a bajo. Este hecho sentó las bases de producción del anime de hoy en día.

Con el tiempo aparecieron nuevas obras y autores como Doraemon, creada por Hiroshi Fujimoto en 1969, considerado como el programa de animación más longevo de la televisión pues aún se transmite en la actualidad.

Doraemon es un gato robot cósmico que llega del futuro para ayudar a Nobita, un chico algo torpe, y que a causa de sus desgracias llevará a la bancarrota a su familia. La misión de Doraemon es ayudar a Nobita a convertirse en una persona de bien. Este gato robot lo auxilia gracias a los aparatos que saca de un bolsillo mágico blanco pegado a su barriga.

En la década de los 80, se dio un boom mediático que ocasionó el surgimiento de nuevos autores y producciones que llegaron a Occidente y que marcaron a esa generación. Obras como Dragon Ball, Saint Seiya (más conocida como Los Caballeros del Zodiaco), Evangelion, entre otros, hacen parte de este boom.

En los 80 también aparecen las OVA (sigla de Original Video Animation), un formato producido exclusivamente para su distribución a través de VHS, y que narraba hechos o aventuras que no hacían parte de las series. Este nuevo formato popularizó aún más la industria del anime.

Se estima que en la actualidad más cerca de 430 productoras de animación, entre las cuales se destacan Toei Animation (responsable de animes como Mazinger Z, One Piece, Saint Seiya, Dragon Ball, Candy Candy y Sailor Moon), Gainax (famoso por producciones como Gunbuster, FLCL y Neon Genesis Evangelion) y el Studio Ghibli (considerado por la crítica especializada como uno de los mejores estudios de animación en la actualidad, por obras como La tumba de las luciérnagas, Mi vecino Totoro, La princesa Mononoke y El viaje de Shigiro).

Fuente: Agencia de Noticias Univalle

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