“Diariamente puedo vender entre $20.000 a $25.000 diarios, de allí invierto entre 15 ó $20.000 dependiendo y lo demás lo ahorro, eso me ha permitido realizar cambios en mi vida y sostener mi negocio”, explica Jeison. Agrega que el acompañamiento de los profesionales de la Fundación Samaritanos de la Calle ha sido primordial para planear y proyectarse al futuro.
Jeison habitó la calle por más de 10 años en el barrio El Piloto, cuenta que consumió todo tipo de sustancias sicoactivas y que llegó a la Fundación Samaritanos de la Calle después de sufrir un accidente que le dejó la mandíbula partida y otras lesiones graves en su cuerpo.
“El proceso de Jeison fue de muchos altos y bajos, pero en sus picos emocionales siempre busca ayuda y eso ha sido muy importante en la reducción del consumo y en su progreso personal, él se logra regular, ahora, su objetivo es retornar donde su familia a la costa, para hacerse cargo del negocio familiar”, explicó la sicóloga Diana Gutiérrez quien lo acompaña desde hace tres años.
Jeison, además de beneficiarse de las unidades productivas entregadas por la Secretaría de Bienestar Social, adelanta el bachillerato en la Institución Educativa Santa Librada y se graduará de bachillerato en diciembre próximo.
La secretaría de Bienestar Social entrega en la última etapa de resocialización que desarrolla la Fundación Samaritanos de la Calle, unidades productivas para los habitantes de calle que logren sustentar sus ideas de negocios, cada unidad tiene un valor de $500.000 que se da en especie, este año se han entregado 17.
Fuente: Alcaldía de Cali / Elizabeth Vernaza Martinez
