

Lina Margarita Williams Franco-CBN. “Parece árabe” me dijo una mujer cuando por su lado pasaba. El comentario me sacó del estado de lentitud que acompaña mi soledad cuando camino, e inmediatamente me detuve y la miré. No pude evitarlo, su sonrisa fue la invitación a sentarme a su lado.
Aparentemente para ella, el vestir con pantalón ancho ya me hacía perteneciente a otra cultura o fue la razón que buscó para conversar, pues minutos después, de Arabia me subió en un avión con rumbo al litoral al preguntarme: ¿Usté es enrazada con gente costeña?
Tiene 64 años. Su mirada refleja el paso del tiempo y su carcajada compite con el sonido de las pulseras que sabe lucir como una niña arrebatada. En pleno centro de la ciudad, vestida de amarillo, y con tres maletas, porque salió a hacer una diligencia, está sentada frente a su nueva interlocutora que finalmente resultó ser como ella, caleña.
Es una mujer de mundo. Ha viajado a España, Francia, México, Venezuela… Ah! Y Arabia. “¿Acaso la gente que tiene dinero es la única que tiene derecho a conocer país extranjero?.. Uno también… A los colombianos en otros países nos voltean las espaldas, mientras que los extranjeros llegan aquí y encuentran su paraíso”.
A continuación palabras que van y vienen, se convertían en frases que tal vez sin coherencia resolvía en medio de su conversación. Aquello ella mismo lo definió como “Doctrina de mi experiencia”.
- “Los pecados que tenemos no los borra sino el cementerio: Dios dijo “no matarás” y es lo que más hace la gente, matar a los demás. Nadie en el mundo entero puede borrar los pecados. Uno hasta mintiendo y hablando mal de otra persona, está pecando”.
- “¡A Cali lo dañó el vicio! los jíbaros son los culpantes que las ciudades estén así llevadas pero no, el vicio no lo acaba nadie. La gente no deja de soplar su vicio pa`andar jodiendo”.
- “La gente ahora mantiene enferma porque comer de noche es malísimo: ¿usted tiene abuelita?, hable con su abuelita y verá que en la época de nosotras, uno comía desayuno y medias nueve, a las tres volvía y comía. La comida era a las 5 de la tarde.
Debo decirlo, hablé con mi abuela y confirmado. El almuerzo era al mediodía y a la comida de las tres de la tarde se le llamaba “el algo”.
- “Vea usted cuando sea adulta y vaya a algún país, visite la iglesia, el cementerio, la cárcel y un hospital: esas son las cuatro puertas que tenemos abiertas”
- “Aquí no hay trabajo: Hay que ir adelantando, ahora los muchachos no andan con ese pendejismo chorreando baba, la gente joven termina sus estudios, aprenden a trabajar y se van es largando”.
- “La educación no pelea con nadies: lo más bonito del ser humano es la educación. ¿qué es eso de andar tratando mal a la gente? Jesús de Nazareth trataba a la gente de vos pero una voz bien bonita. Aquí lo tratan de vos pero es una voz ofendiéndolo a uno”.
- “La época mía no se vuelve a ver nunca: la gente era muy unida, ahora es un desunismo. Ahora no le lamben sino al que tiene plata”.
- “La vida la vivimos como podemos, no como queremos: uno quisiera vivir en un edificio con severo carrote y el mundo de comida y no señorita, uno la vida la vive es como uno puede.
- “Dios no le da a la gente riqueza, Dios le da a la gente inteligencia, el pan de cada día y salud. Gente diabólica, el diablo le pone una enfermedad que ni se muere ni se mejora: el ángel más querido de Dios era el demonio y lo echó acá por malo, le dijo: ‘Anda domina tu mundo’. Si el mundo lo dominara Dios, nadie mataba, nadie robaba, nadie soplaba, nadie secuestraba mamita…”
- “¿El amor acaso dura toda la vida?, el amor se acaba, yo creo que el amor ni existe: en 1940/50/60 si había amor hacia las personas, no ve que ahora se casan y se separan al momentico, entonces ¿qué amor hay ahí mamita? Yo por lo menos, dice, me volví vieja con el papá de mis hijos.
- “Todos tenemos tiempos buenos y tiempos malos. Todos los seres humanos: que uno aguanta hambre, no tiene plata, se enferma, no tiene qué ponerse, esos son los tiempos malos que nos tocan a todos”.
- “Ahora no existe sino el interés en las personas: ahora ustedes las mujeres se casan y viven con un hombre y si lo ven que queda varado vea… se van con otro y más brutas, el otro no es sino por conocerlas, pa`ver si… y mentiras que las dejan también”.
- “Es mejor ‘malo conocido que bueno por conocer’: vea mamita voy a darle este consejo, no hay como el papá de los hijos”.
- “La ausencia es la causa del olvido: si usted tiene un novio por allá en otra parte, no es lo mismo que estar ahí uno con su esposo. Como dice el dicho, el amor de lejos es de pendejos.
- “El hombre tiene más mundo que satanás: a uno le hacen hasta pa`vender”.
No sé si fue que no me vio muy convencida de sus palabras, pero en este punto se echó tres historias que me dejaron la cabeza sin espacio para las dudas.
La primera le pasó a ella y tras vivir 30 años con su ya fallecido esposo, afirma, “a la señora de la casa, la entretienen a punta de mentiras. El mío cuando apareció fue con una niña y a mí ni por aquí (rozándo con su dedo la frente) me pasaba. Una amiga mía los vio, me dijo: ‘ ve vení, dejáme entrar que te voy a decir algo, no vas a pelear con tu marido pero lo acabé de ver con una muchacha embarazada comprándole pañales, yo lo seguí’.
El siguiente turno fue para su hija. “Se voló de la casa con un tipo de una droguería, un mono y yo le dije, tenga cuidado que la persona que tiene ojo zarco es muy creída, son humillativos. Tenga cuidado que ese hombre va y me la deja metida. Ahí tiene su niña, una monota, zarca, toda linda, alta, bien acuerpada”.
- “Que una hija alzó la pata y volvió, despreciarla es un delito”. Y continuó.
“Una prima mía, el marido le presentaba a las mozas que dizque eran primas de él. Le dije que no le vas a hacer escándalo ni a tratarlo mal. ¿Qué? una vez lo vio con una mona, supuesta prima, subiendo y bajando de un hotel y todo se acabó”.
Seguidamente me dice que una mujer para casarse y vivir con un hombre debe ser muy entendida, porque si no se la lleva el diablo. “Ay mamita, póngase a estar pensando en huevos de gallo. El hombre es traicionerísimo”. Luego soltó otra de sus frases:
- “Los viejos son unos sádicos: a ellos les encantan las muchachas, pa`hacerles hasta pa`vender”.

Vea una sobrina mía se fue con un hombre que porque estaba más enamorada. Ese hombre era tan bien parecido, era mayor que ella, la llevaba a pasear, pero le fue más mal, ese hombre era casado y tenía tres hijos.¡ Ja! los hombres andan es morrongueando.
“Usted los ve por ahí callados, paseando y todo pero tienen es mundo aparte en esa cabeza. Un día se dará cuenta y que no se le olvide lo que le estoy diciendo. Todos los hombres son traicioneros -y en voz baja afirma- todas las mujeres somos también traicioneritas, no vaya a creer”.
- “El hombre en el planeta tierra vive rodeado de enemigos y no sabe cuáles son: Las mamás cuando tienen con qué, deben ayudar a los hijos, por lo menos al hijo varón porque la vida de estos es peligrosa”.
- “La gente es la gente y la familia es la familia: a usted Dios la ampare pero si le pasa algo, los únicos que se preocupan por usted son sus familiares, así estén lejos”.
- “El perdón de los seres humanos es fingido: Dios perdonó para enseñarnos a perdonar a nosotros. Yo por lo menos, aquí donde me ve, no tengo de qué vivir ni nada pero tengo una vida feliz porque yo no soy rencorosa con nadies. Estamos en el mundo y todos somos pecadores”.
- “La vida de los seres humanos es la sangre y el alimento: Dios dijo, dale de comer al hambriento, de beber al sediento, posada al peregrino, de vestir al desnudo, pero ninguno cumple con esas enseñanzas. Dios nos dejó el pan de cada día y de oración el padre nuestro”.
- “Matar es ingratitud: la ingratitud no es sólo no visitar a la mamá. Lo peor que puede hacer una persona, es matar a otra”.
- “Hay que aceptar todo lo que existe: El mundo se compone de millonadas de cosas, hay mujeres a las que les gusta las otras mujeres y uno que puede hacer, uno no puede aborrecer nada, allá cada quien, después de que no sea uno. Que cada quien haga lo que se le dé la gana”.
Después de todo me dio por preguntarle, ¿Bueno, y usted qué hace?, mirándome muy seria dijo: “No, yo mi vida no se la doy a conocer a nadie. Hay gente que vive es de la mentira”.
Ésta mujer es todo un personaje. Estiró su mano y expresó: «Le presento una amiga más, Ninfa Lenis a sus órdenes cualquier cosas que se le ofrezca… porque la juventud no tiene el mismo conocimiento de uno ya maduro”.
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