

Los hasta ahora extranjeros se declararon enamorados de Cali y de su gente, motivo por el cual realizaron los trámites ante el Ministerio de Relaciones Exteriores, para obtener la nacionalidad colombiana y quedarse en la región.
La ciudadana peruana Fiorela Gómez Silva llegó hace 11 años desde Lima, debido a que su padre es ingeniero mecánico y en Cali le ofrecieron oportunidades laborales. Entonces ella terminó en esta ciudad su bachillerato y luego se recibió como arquitecta en la Universidad del Valle.
“Me siento bastante colombiana, por eso decidí volverlo oficial y obtener la ciudadanía”, asegura que lo que más le gusta de la ciudad es la gente, la cultura, la amabilidad de las personas y que se siente muy identificada con el país.
Actualmente vive con sus padres, es soltera y tiene una hermana radicada en los Estados Unidos. Desea quedarse en Colombia y asegura que solo va a Perú de paseo, porque Cali es ahora su hogar y aquí quiere desarrollar todos los aspectos de su vida.
Por su parte, Héctor García Rodríguez, proveniente de La Habana llegó hace 10 años a la ciudad, gracias a un convenio entre Colombia y Cuba, con el propósito de enseñar matemáticas, pero al llegar encontró que todo era tan similar; el clima, las costumbres, la música, y se llenó de razones para quedarse.
En Cali hizo fácilmente muchos amigos y encontró una nutrida colonia cubana que no le permite sentirse un extraño. Viaja regularmente a visitar a su familia en La Habana, sin ningún inconveniente, pero siempre regresa a Cali, pues es aquí donde quiere hacer su vida.
Actualmente, se desempeña como docente de matemáticas en la Institución Universitaria Antonio José Camacho.
El acta de juramento, suscrita por el Alcalde de Cali, Rodrigo Guerrero Velasco, se firmó ante el director jurídico, Carlos Humberto Sánchez Llanos, quien les dio la bienvenida a los nuevos colombianos por adopción, quienes juraron cumplir la constitución y las leyes, aportando a esta ciudad que los recibió con los brazos abiertos.
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