

Nos dimos a la tarea de averiguar y su nombre es Juan David Levy, un chico delgado, alto, al que si se ve con gafas uno le pone, a pesar de su juventud, varios cartones tras de sí, pero cuando se las quita (las gafas) vuelve la cara de ese niño inquieto que en su época de colegio empezó lo que a lo largo de su vida ha sido su gran pasión, los negocios.
Amante de los libros de temas diversos, tiene 26 años y siete hermanos… ¿su profesión?, rodearse de los que sí han estudiado y llevar a cabo cada idea que nazca en su cabeza al levantarse de la cama. Actualmente se dedica a bienes raíces y aunque siempre ha trabajado como persona natural, conserva la idea de una vez al año ejercer algún tipo de labor social.
Hace tres años en compañía de sus amigos tomaron la decisión de entregar regalos y alimentos, en zonas de bajos recursos económicos. Fueron tres las experiencias y ninguna tuvo la satisfacción esperada, los por qué, tienen sus variaciones en temas de violencia (personas conflictivas, poca colaboración, riñas, discusiones y otros etcéteras).
Para el año 2014 sus amigos ya no se encontraban en el país, situación que no impidió que este hombre pensara en nuevos proyectos. Un día cualquiera pasaron en las noticias que, Cali presenta un gran déficit arbóreo, pues de 280 mil árboles en la ciudad, el 70% tienen problemas de hongos y plagas.
Con la idea de “vamos a sembrar árboles”, se dio a la tarea de buscar en la misma red social en la que hoy, más de dos mil personas siguen su convocatoria, grupos que se dedicaran a regalar vida al planeta a través de la siembra, para hacerse miembro, pero no encontró.
Así fue como en febrero de este año nació la ‘Gran Jornada de Siembra de Árboles’ en la que su ambición y nula experiencia lo llevó a pensar en una plantación de 2.000 árboles pero gracias a los nuevos amigos que ha encontrado en el camino, ha podido además de aterrizar la idea, adquirir un conocimiento sobre la siembra, los recursos y las habilidades que se deben tener para llevar a buen término su deseo.
Hoy, a un día de ver logrado aquello que se propuso dos meses atrás, cuenta con el apoyo de 40 hombres de la Acción Integral del Ejército Nacional, que gracias al Sargento Mayor, Heriberto Aranguren, harán no sólo el acompañamiento, sino que ayudarán en la abertura de los huecos.
Pablo Muñoz, estudiante de ingeniería agrícola de la Universidad del Valle, el grupo Gaia de la Universidad Autónoma, la Defensa Civil, una empresa que facilitó las herramientas, ambientalistas y todos los voluntarios que han aportado su granito de arena, además de la empresa que donó el terreno en el que se hará la siembra masiva, son todos los contactos a quienes Levy, agradece su apoyo y compromiso en la gestión.
“Las instituciones ambientales son demasiado politizadas y una petición se demora de dos a tres meses, es curioso como siendo nuestras organizaciones, con iniciativas como ésta, no se consiga un apoyo integral”, se lamenta Juan David pero afirma convencido que “vale más dos centímetros de contacto que dos kilómetros de peticiones y cartas”. Varios recursos fueron financiados por él y otros tantos han sido donaciones que se canalizarán a través de la Fundación Construir País, para asegurar la transparencia.
Lo anterior, teniendo en cuenta que el costo por árbol es de $80 mil, pues para llevar a cabo el proyecto se debió comprar abono, tierra orgánica, microrrizas (microrganismos que se adhieren a las raíces en simbiosis), geles hidro-retenedores para las épocas de sequía.
En total se sembrarán 167 árboles, entre los que se encuentran, carboneros, clusias, mortiños, balsos y cazuelos, “no se sabe con exactitud cuántos de cada cual pero esperamos que hayan bastantes clusias y carboneros que tienen alta fijación en carbono” afirmó Levy.
Lo de mañana será una prueba piloto a la que se hará seguimiento, como mínimo, durante los próximos dos años para que todo lo anteriormente mencionado tenga sentido y Cali vaya recuperando poco a poco la fuerza de sus pulmones. Si todo sale bien y se logra que los árboles alcancen los dos metros, se podrá respirar tranquilo y será la señal para que Levy no se detenga y haga de esta idea, una organización que garantice árboles por los próximos 20 años.
En este orden de ideas… “Si el plan A no funciona, el abecedario tiene 26 letras más. Y cuando se toma una decisión es para hacerla, razón por la cual, todo está listo para el domingo”. Concluyó.
Luchar con los obstaculos y alcanzar esa meta es muy duro hoy en dia,, felicitaciones por esa gran labor.