La USC aprende lenguaje de señas en pro de la inclusión.

Liderados a través de la profesora, antropóloga y fonoaudióloga, Patricia Muñoz, en alianza con la directora del programa de fonoaudiología, Marta Inés Torres, los cursos tienen como objetivo que estudiantes de todas las facultades, “tengan la posibilidad de apropiarse de este tipo de lenguaje para que en su vida profesional y/o cotidiana, puedan establecer relaciones comunicativas de forma fluida sin necesidad de mediaciones”, afirmó el director del Departamento de Humanidades, Pedro Pablo Aguilera.

Para la enseñanza de estos cursos, se cuenta con los más altamente calificados instructores en ese tema, dentro del país y aunque el estudiante “no saldrá hecho un experto, logrará un nivel mínimo de comunicación”, señala Aguilera y agrega que las necesidades generarán las respuestas del departamento.

“Si hay necesidad de un curso en otro nivel, se tiene la posibilidad de abrirlo gracias al apoyo de la vicerrectoría en cabeza del doctor Arturo Arenas, quien ha sido de gran ayuda para el desarrollo del proyecto” puntualizó.

Se tenía previsto abrir sólo un curso de 15 personas, pero gracias a la gran acogida que tuvo, existen dos cursos de 25 estudiantes cada uno, de las carreras de  Comunicación Social, Preescolar, Medicina, Fonoaudiología, Psicología y Derecho. “

El director del Departamento de Humanidades de la USC, nos adelantó también que a partir del próximo semestre y en alianza con una universidad española, se desarrollará el mismo curso pero de manera virtual, dirigido a toda la comunidad interesada a nivel local y nacional que quiera aprender lenguaje de señas.

Además se dará el servicio de traducción intérprete en los programas de televisión que genera la universidad, dando cumplimiento a una política de inclusión, tarea que se llevará a cabo por parte de un estudiante de fonoaudiología.

Afirmó que los cursos electivos de humanidades, deben responder a las tendencias y requerimientos actuales que tiene la sociedad, e ir en sintonía con la misión del alma máter, de ser más allá del discurso realmente incluyentes, no sólo con población afro o comunidades indígenas, sino con personas de capacidades diferentes,

Y aunque nos confesó no saber lenguaje de señas dijo, “tendré que aprenderlo porque entiendo que es una necesidad y en la universidad estamos seriamente comprometidos, pues creemos que muchos de los problemas que tiene la población es porque existen malas interpretaciones entre lo que dice y se entiende, hay barreras comunicativas muy fuertes. Una comunicación directa más franca y coherente, estoy seguro que va a ser de beneficio para todo el mundo».