marzo 10, 2025

Si recibiste una flor y un poema por el día de la mujer, detente a pensar en ello…

Paola Sánchez Cepeda. Comunicadora e investigadora.@paosan1. Que somos como las flores que con nuestra belleza y frescura alegramos la vida, que somos especiales, que sin nuestro cariño no podrían vivir, que gracias por existir… estos y otros miles de mensajes -unos más cursis que otros- pululan por estos días acompañados de flores y chocolates para celebrar el ya muy popular “día de la mujer”. Y es curioso que una fecha que evoca la lucha de las mujeres por alcanzar unos derechos que ahora nos parecen naturales pero que no siempre hemos tenido, se haya convertido en una celebración comercial más como el día del amor y la amistad o la navidad.

Y no es por aguarles la fiesta, pero a todas estas ¿qué es lo que celebramos? Las decenas de mujeres que mueren en quirófanos de garaje persiguiendo un canon de belleza imposible de alcanzar, las centenas que son asesinadas por sus parejas, las miles que ganan salarios más bajos que sus compañeros y que nunca van a llegar a cargos directivos por el simple hecho de ser mujeres.

No es que sea pesimista, sé que en un par de décadas hemos avanzado más que en centenares de años, y que las oportunidades que tengo ahora no se pueden ni comparar con las que tuvo mi bisabuela. Pero quiero hacer el ejercicio de pensarme un poco la fecha para que no nos perdamos entre tanto pétalo y palabra bonita olvidándonos de lo importante: la lucha, la resistencia y el coraje con el que hemos conquistado un lugar diferente en la sociedad y todo lo que nos falta por alcanzar.

Por eso, como me dijo mi mentora cuando la fui a felicitar un 8 de marzo hace 3 años: el día de la mujer no se celebra, se conmemora; porque ese día honramos a miles de mujeres que han dado sus vidas para que hoy seamos ciudadanas y gocemos de derechos.

¿Y qué más quieren, no están contentas ya? Se preguntarán muchos hombres (y mujeres también). Pues queremos un mundo en el que a ninguna mujer se le violente por serlo, en el que podamos participar en la política, la economía y la cultura en igualdad de condiciones y donde no haya necesidad de políticas de discriminación positiva porque estemos lo suficientemente concienciados de que como seres humanos tenemos los mismos derechos.

Mujeres: no nos conformemos con poemas, rosas y chocolates, vamos a seguir trabajando por ese mundo que soñamos.