
Foto UAO

«Un estudio elaborado por la organización WWF, Dalberg y la Universidad de Newcastle, Australia, concluyó recientemente que una persona podría ingerir aproximadamente 5 gramos de plástico cada semana, el equivalente al peso de una tarjeta de crédito. Las personas están consumiendo alrededor de 2.000 pequeñas piezas de plástico cada semana. Y en estas zonas de la costa Pacífica, esta situación podría ser más grave, pues son muy precarios los sistemas de gestión ambiental para hacer recolección y reutilización de residuos, o ni siquiera hay plantas de tratamiento de agua residual”, advierte la docente Martha Lucía Palacios.
El programa de investigación inició en el 2019 con un proceso de relacionamiento con las comunidades e identificación de los servicios ecosistémicos e identificación de las principales problemáticas ambientales. Su objetivo es elaborar junto con las comunidades un plan de manejo ambiental que logre mantener las buenas condiciones del ecosistema y de la población.
“En ese primer proyecto hicimos dos encuentros en Buenaventura con las comunidades de varias poblaciones de la Costa Pacífica y representantes de las entidades gubernamentales y no gubernamentales. Allí se habló de cómo ellos percibían los servicios ecosistémicos del manglar, tales como la purificación del aire, la captura y almacenamiento de carbono, entre otros servicios que le da el ecosistema a la comunidad. Y logramos establecer cuáles son esos problemas ambientales que ellos identifican: contaminación por residuos sólidos, principalmente plásticos, metales y por aguas residuales que salen de la bahía”, explica la docente Palacios.
En estas reuniones participaron estudiantes de semilleros de investigación del programa de Administración Ambiental, jóvenes investigadores y la docente Martha Lucía Palacios, quien lidera el proyecto y es reconocida en el mundo académico por sus investigaciones sobre los ecosistemas de manglar.

Después de ese primer acercamiento, la docente y su equipo de trabajo están listos para regresar a la Bahía de Buenaventura y realizar la toma de muestras en el ecosistema para identificar la presencia de microplásticos y metales pesados. Lo harán en cuatro estaciones clave de la Bahía: Islalba, Aguadulce, Punta Soldado y Pianguita.
“Vamos a investigar la presencia de metales pesados en diferentes organismos: en peces, piangua, que son de consumo humano; así como raíces de manglar y algas. Y también buscamos encontrar presencia de microplásticos que pueden estar siendo consumidos por algunos organismos”, cuenta Palacios.
Según la docente, teniendo en cuenta que en algunos ríos de la región se practica la minería de oro usando Mercurio, y que este posteriormente queda en las aguas y es asimilado por organismos vivos, es usual que se encuentren estos metales en los organismos.
Además se encuentran otros metales como el Níquel y Cadmio, que provienen de sitios donde se acumulan residuos sólidos como baterías o pilas. “Todos estos salen como lixiviados al agua y luego los organismos los asimilan quedando inmersos en la red alimenticia”, explica.
Se espera que esta jornada de toma de muestras se pueda adelantar cuando se reanuden los servicios de transporte y las actividades académicas tras el período de confinamiento.
Después, con los resultados de estos estudios, el equipo de investigadores concluirá el proyecto elaborando un plan de manejo ambiental para el ecosistema de manglar, para el beneficio de las comunidades.
Fuente: UAO
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