
Foto Alcaldía de Cali

Obdila no cabía de la dicha. “Me toco ver desde que estaban removiendo la tierra hasta el degenero en que se convirtió. Confío en que Jorge Iván Ospina la deje como nueva y así se vayan las cosas malas que hay, pues es un muchacho muy pilo y es el único Alcalde que ha hecho grandes obras en la ciudad y esta no va a ser la excepción”, decía.
Al igual que ella, muchos residentes de la comuna 10 y sus alrededores fueron testigos del empuje y categoría que esta construcción le dio a este céntrico sector de la capital vallecaucana.
Félix Candela fue un arquitecto español de renombre en su país a mediados del siglo XX y dejó su sello en construcciones importantes como el estadio Santiago Bernabéu, del Real Madrid; el Hipódromo La Zarzuela y el Frontón de Recoletos.
Pero la guerra civil lo alejó de su patria y terminó exiliado en México. Allí su reputación tocó techo cuando construyó el mundialmente famoso Palacio de los Deportes en el D.F. para los Juegos Olímpicos de 1968. Sus obras arquitectónicas son, aún, materia de cátedra en facultades de arquitectura de ambos países.
Pensar que sus trazos y diseños fueron los que hicieron realidad la construcción de la Plaza de Mercado Santa Elena de Cali, es remembrar la grandeza con la que fue planeada la principal central de abastos de la ciudad. De hecho, la estructura es una de las más grandes construida por Candela por fuera de México y por ello le otorgaron el premio nacional de arquitectura en Colombia.
Allí, en el año 1963, entre las calles 23 y 25 con carreras 29 A y 31 nació la historia que hoy, como casi toda historia, tiene la oportunidad de partirse en dos. Con la galería nació el barrio que lleva su mismo nombre y cuyos vecinos mostraban con orgullo como su ícono la obra de 18.000 metros cuadrados en la que se instalarían 506 locales comerciales, que representarían el desarrollo de Cali.
Su cercanía al ferrocarril y al desembarcadero en el río Cauca le dieron un protagonismo inusitado. Fue un centro de negocios y de oportunidades para los campesinos y la principal central de abastos de la ciudad. A su alrededor crecieron hoteles, restaurantes y almacenes.
Su estructura es única: Losas delgadas, planas e inclinadas para aprovechar la circulación del aire y la brisa por sus planos de ascensos y descensos, con un concepto de urbanización moderno y progresista propuesto por el Instituto de Crédito Territorial – ICT, en un vecindario con casas bien pintadas que dieron al sector un aspecto agradable y elegante, aunque con calles sin pavimento pero con la magia del chachachá del tren que atravesaba de norte a sur.
Sin embargo, con el pasar de los años perdió su esplendor porque también llegaron los prostíbulos, las cantinas, la informalidad y la delincuencia. Flagelos como la prostitución, el expendio de drogas, la extorsión y el crimen organizado, fueron opacando la grandeza del sector y lo sumieron en su actual caos.
Sumado a eso, Emcali y Emsirva se turnaron la responsabilidad de su cuidado sin mucho éxito. Con tal desgobierno, la despensa de Cali, como era de esperarse, se convirtió en epicentro de actividades descontroladas que atrajeron a miles de personas y de problemas, al comenzar a generar ingresos mensuales cercanos a los 180 mil millones de pesos que dejaban los 4.600 comerciantes de granos, carnes, frutas y verduras, bodegueros, cargueros, carreteros, compradores y rebuscadores las 24 horas del día.
Con la aparición de la pandemia del coronavirus, Santa Elena sumó otro problema: se convirtió en un foco de contagio y muerte que disparó las alarmas hasta que la administración del alcalde Jorge Iván Ospina decidió cerrarla, al amparo de una emergencia de salud. Por primera vez en su historia cerraba sus puertas.
No obstante, con esta oportunidad, la galería parece tener un respiro y decisiones que fueron aplazadas por años hoy parece que serán realidad, como la organización de los comerciantes, la pavimentación de las calles, la correcta destinación de los residuos y su inminente transformación urbanística.
Aquí convergen ideas y proyectos de suma importancia para la ciudad como el tren de cercanías y el proyecto de ampliación de la calle 25 para su transformación en una autopista. Igualmente, los cambios involucran todo un revolcón de la galería como unidad de negocio, con espacios amables, parqueaderos y condiciones de seguridad que potencien su natural espíritu de despensa para los caleños.
Pero por ahora, el cambió será básico, más pensando en las condiciones de higiene y organización que en su transformación integral, la cual tomará cuatro o cinco años más, dependiendo de la estructuración integral que presente la Alcaldía. El próximo 12 de junio, si las condiciones lo permiten, se autorizará la reapertura de la galería y para ese día quienes lleguen encontrarán un nuevo panorama.
Ello no significa que la administración de Jorge Iván Ospina haya bajado la guardia con el cierre de la galería. Por el contrario, su Alcaldía dispuso de $100 mil millones para transformar este sector en los próximos años, realiza actividades de mantenimiento vial, renovación urbana, mejoramiento de la infraestructura vehicular y peatonal de la central de abastos y sus alrededores, recolección de escombros, recuperación de espacio público y limpieza de alcantarillado y sus canales de aguas lluvias.
Tanto el administrador de la plaza de mercado Santa Elena, Miguel Ángel Muñoz; como el presidente de la Junta Directiva de Fennalco Valle, Octavio de Jesús Quintero, coinciden en que esta es una gran oportunidad de reactivar no solo el comercio sino la dignidad y el prestigio de la comuna 10 y hacerlo de una manera ordenada, pues allí a diario descargan mercancía más de 300 camiones día y noche.
Según el alcalde Jorge Iván Ospina, la plaza de mercado está impactando directamente a 20 barrios, no solamente con referencia a los casos de COVID-19, sino de una manera crónica en materia de residuos sólidos y aguas servidas, microtráfico, gota a gota, habitantes de calle, consumidores de alucinógenos y coimas a los campesinos que buscan vender o posicionar sus productos agropecuarios, por lo que urge su rediseño total.
La recuperación ambiental de los alrededores de la plaza de mercado de Santa Elena es un propósito en el que están comprometidas todas las dependencias de la administración Ospina, de la mano con la comunidad y de vecinos como doña Obdila, que sueñan con ver nuevamente su tradicional galería como un punto de encuentro de las familias caleñas, con canastos y anécdotas para compartir.
Fuente: William López Arango/Alcaldía de Cali
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