A las 6 de la mañana, los hermanos Camilo y Sebastián Moncada ya estaban despiertos. Llevaban varios días ansiosos por regresar a las clases presenciales. Así que se alistaron, tomaron el desayuno que les preparó su mamá y salieron con ella para la sede educativa Progresando Juntos, ubicada a un par de cuadras de su vivienda en el barrio Vallegrande, en el oriente de Cali.
En el recorrido los acompañó el profesor José Darwin Lenis Mejía, secretario de Educación Distrital. Mientras caminaban, el funcionario les preguntó a los hermanos: ¿qué es lo que más les gusta de regresar a las aulas?
“Estoy contento de ir al colegio porque al fin podré saludar sin necesidad de un celular o una computadora. Podré ver a mis compañeros y a mis profesores en persona, algo que no he podido hacer por la cuarentena”, expresó Camilo Moncada, a lo que Sebastián, su hermano, agregó: “Y habrá más clases y más actividades”.
Unos minutos más tarde los niños llegaron a su nuevo colegio: la sede educativa Progresando Juntos, adscrita a la Institución Educativa Oficial Desepaz. Este moderno edificio fue inaugurado en noviembre de 2020, pero no había entrado en funcionamiento debido a la situación de emergencia ocasionada por la covid-19.
En las afueras de la institución, ya se veían dos filas de estudiantes organizados para ingresar a las aulas no sin antes pasar por el punto de lavado de manos o de aplicación de gel antibacterial. Un joven artista del sector recibió a los niños con el ritmo musical que caracteriza a Cali: la salsa. La entrada del colegio y las aulas estaban decoradas con globos de colores.
Los hermanos recorrieron algunos pasillos fascinados con el tamaño de su nueva institución. “Yo siempre he querido tener un colegio grande como este, un salón grande como este que está acá. Y si estamos casi todo el día en el colegio hacemos más actividades como el deporte y la pintura”, comentó Camilo, de 10 años de edad.
En la puerta del salón de grado 5º los esperaba la maestra Angélica Rojas Gómez, quien les dio la bienvenida con una cálida sonrisa. “Recibir a los niños representa vida y alegría porque ellos son la esencia de nuestra labor. Nos hacía falta verlos y escuchar sus risas”, señaló la docente.
Es que, como afirma el profesor José Darwin Lenis, “encontrarse con la profesora en la presencialidad significa una oportunidad de aprendizaje y de tranquilidad emocional”. Para el secretario de Educación, regresar a las clases es un “asunto de normalización de la ciudad a partir de la reactivación emocional, económica, pedagógica y educativa”.
Luego de ingresar al aula de clases, Camilo y Sebastián se sentaron en el primer escritorio de dos filas continuas. Estos gemelos son inseparables: los une su gusto por los personajes de Toy Story, las Tortugas Ninja y Mickey Mouse; pero también sus deseos de estudiar, de explorar y de aprender.
Lorena Bueno, su mamá, reconoce la importancia de la normalidad académica. “Creo que la presencialidad es fundamental para el crecimiento que todo ser humano debe vivir. La educación primaria es muy importante para un niño”, indicó. De ello dan fe sus dos hijos. Por eso estuvieron ansiosos los días anteriores a su regreso a clases. Y por esa misma razón celebran haber empacado de nuevo sus cuadernos, lápices y colores en el morral. “Me gusta venir al colegio para estar con nuevos compañeros, nuevo colegio, más clases y aprender más”, puntualizó Sebastián.
Fuente: César Leandro Zamora Pérez / Comunicaciones Secretaría de Educación