Carta de amor al fútbol

Foto Pixabay

Hola querido fútbol, ¿cómo te va? Mi nombre es Juan Sebastián Cardona y estoy enamorado de ti. Soy algo así como un adicto al fútbol, podríamos decir que un futbolcohólico, loco por el fútbol, fútbol adicto. Bueno, como lo quieran llamar.

Que yo recuerde consumo esta bella “droga” a la que llamo fútbol desde que tengo 10 años de edad. Desde ese entonces no paro, te amo desde lo más profundo de mi corazón. La gente dirá, ¿cómo te gusta tanto ese deporte? ¿cómo es posible que se pueda mirar y pensar en algo las 24/7?

Algo así, como la típica frase de una persona sin amor por el deporte más lindo del mundo, “son solo 22 tipos que corren para coger una pelota”. A esos les digo, Dios perdónalos porque no saben lo que dicen. Te digo que sos más que eso, has de ser un conjunto de pasiones envueltas en un sentimiento.

Tú fútbol lo eres todo,  amor,  comprensión, odio, euforia, éxtasis. En conclusión, un sin fin de sensaciones junto a distintos estados de ánimo que cambian con el trascurrir de los 90 minutos de juego, en ocasiones 120 si hay alargue y un poco más sí nos vamos a la tanda sobre el punto blanco de penal.

La pasión por vos está por todas partes, está en la casa cuando me llama mamá a cenar como el capitán antes de entrar al partido. En las camisetas cuando las asimilamos con el uniforme de nuestros equipos favoritos, en el corte de cabello con el rapado a los lados de CR7 o un “bajito” con barba a lo leo Messi, en los zapatos cuando buscamos el parentesco con nuestros guayos y en las charlas de amigos, vecinos o compañeros de trabajo como si fuéramos los directores técnicos a los jugadores antes de entrar a la cancha.

Mi amado fútbol, tú que relacionas y luego unes a la gente, explícame ese hermoso momento en que todos somos iguales, sin importar el color de piel, religión o nivel social. Ya que solo importa en que todos te amamos y te valoramos, ya que pretendientes tienes a montones en cada lugar de los continentes.

Ahora bien, pienso en lo lindo que eres mi amado fútbol. Cuando acoges un clásico se me acelera el corazón, la mayoría pensara en una canción inmortalizada en la historia como también puede imaginarse un conjunto de ropa que jamás pasará de moda. Para mí es un River vs Boca, un Olimpia vs Cerro, Peñarol vs Nacional, Millonarios vs Nacional y un Real Madrid vs Barcelona.

Ahí es cuando todo cambia. La anotación se la gritas en la cara a tu perro, al de la tienda o al vecino que puede ser de tu equipo o del equipo contrario. Eres el pensamiento que ronda por la mente de alguien que escoge de ir o no al trabajo, escuela o universidad para no sufrir de burlas por parte del hincha del equipo rival. Eso eres mi amado y jodido fútbol.

Foto cortesía Juan Sebastián Cardona

Siempre les digo a mis amigos que viéndote me he dado abrazos (cosa que amo hacer) con miles de personas y me vale un carajo sí es feo, pobre, viejo, gordo, chaparro, mujer, niño, anciano, joven o que si lo conozco o no. Son abrazos tan fuertes y sinceros comparados o mejores que los que le doy a mi viejo siempre que llega a casa después del laburo.

Desde que te metiste en mi vida… vivo por ti, como fútbol, siento y respiro esta linda “droga”. Te miro demasiado, no solo en las ocasiones que te tiñes de verde y blanco para mostrarme los encuentros de mi verdolaga querida, te veo en la liga de Inglaterra, Italia, España, Francia o en la Argentina. Cuando aparece la Libertadores y la Champions League.

Te observo en la A, en la B, hasta en la C. Sí hay un partido de la Pony fútbol veo a las futuras promesas dar sus primeros pasos en el balompié colombiano. Me vuelves tan loco que cuando voy a la cancha y veo que hay un partido de barrio apoyo a uno de los dos bandos incluso hago de técnico, todo eso lo generas tu fútbol. Se me alegra el día cuando te veo en cualquier pantalla o te escuchó por la radio.

Es agradable oír a doña Francia decir “otra vez fútbol, ya estoy mamada” en ocasiones me escucha gritando de placer y euforia contigo en la habitación, se enfurece porque gozamos mirándonos fijamente en una pantalla gigante en un bar junto a una cerveza, se preocupa porque a veces me haces llorar por mostrarme cuando pierde mi equipo o mi selección.

Sin darme cuenta te vuelves el psicólogo más barato. Es cuando acaba todo lo malo que me sucede, eres inigualable. Ahí es cuando me cuesta trabajo asimilar que algo que tanto amo y respeto, sea atacado o criticado por un grupo de personas que ni entienden ni siente lo que generas en mí al igual que en muchos y muchas.

Me duele de sobremanera que los que te amamos nos tachen de desadaptados o vagos por viajar y aventurarnos hacia lo desconocido para alentar a nuestro equipo desde cualquier lugar desde la popular de un estadio. De enfermos mentales con la frase “el fútbol y ese equipo no te dará de comer” de antipatriotas o ignorantes por exigirle más a los jugadores de fútbol que a nuestros políticos. De borrachos por compartir unos tragos con los amigos después de un partido.

En fin, ¿qué quiero decir con esto? la vida no es solo fútbol, pero desde que soy futbolcohólico tú haces y siempre serás parte de mi vida. Así que le doy gracias a la vida, a mi viejo y mi abuelo que me enseñaron el amor tan grande para contigo, sí alguien por casualidad lee esto y es como yo, ¡te digo!… hay formas de amar, diría que existen miles de ellas pero la más linda es cuando sale un grito desenfrenado y desbordante, no desde la boca, sino desde el corazón. Es la palabra ¡GOL! Algo tanto único como sagrado.

Te amo, 

Att: Juan Sebastián Cardona

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