“Para el alcalde Maurice Armitage el compañerismo y el disfrutar de estos eventos que le permitan al habitante de calle sentirse parte de la sociedad es fundamental para animar y fortalecer el proceso de resocialización de esta población”, expresó Carolina Campo Ángel, secretaria de Bienestar Social.
Entre risas, emociones y abrazos los habitantes de calle que se encuentran en este hogar, celebraron el regalo que les permitió la vida al ser padres, ya sea de manera biológica o por adopción, permitiéndoles el derecho a una festividad como cualquier ciudadano.
“Nuestros amigos que trabajan por los habitantes de calle los hacen sentir importantes como seres humanos, pues ese es nuestro deber ser de esta labor que busca su dignificación”, dijo Ana Cecilia Collazos, subsecretaria de Poblaciones y Etnias.
Uno de los beneficiados de estos espacios es don Ángel, quien a sus 42 años, lamenta haber pasado 28 largos años de su vida entre drogas, delitos y sobre todo el descuido en la vida sexual, que como resultado le dejó tres hijos con quienes hoy trata de construir una relación.
“Antes de llegar a la calle tenía a mi familia, a mis papás y a mis hermanas, pero nos separamos del todo quedando yo en el aire. Fue por mi culpa, pues fue mi decisión vivir entre rumba, mujeres y drogas, pero por mis hijos hoy estoy aquí, cambiando, para recuperarlos. Ellos significan todo para mi, no sé cuánto tiempo llevo sin verlos, pero les quiero demostrar que sí se puede cambiar y que yo puedo trabajar por ellos”, manifestó don Ángel.
“Generar espacios de encuentro y participación con las personas que hacen parte de los servicios del Hogar de Paso en fechas especiales, como la celebración del Día del Padre, es una forma de poder reconocer que todos hacemos parte de una familia, que los lazos que hay entre las familias se pueden restaurar y poder hacerles un reconocimiento como padres”, dijo Diana Pereira, coordinadora del programa Habitante de Calle.
De esta manera podemos mirar de forma positiva las relaciones familiares de esta población y acompañarlos en el proceso de construcción hacia el ideal de una familia integral, pues como seres humanos tienen el derecho a que se crea en ellos, a recibir amor y a permitirles dar amor.
“Dentro del proceso he conocido los caminos de Dios, aquí tengo una familia y los psicólogos me han apoyado muchísimo. Ya estoy en etapa 2 y el cambio que ha tenido mi vida es muy grande, dejé el círculo de vicio que tuve casi toda la vida y ahora de viejo es que recapacité, me veo a futuro con mis hijos, trabajando honradamente sin hacerle daño a nadie”, finalizó don Ángel.
Fuente: Elianne Urrego / Alcaldía de Cali