

Por Jorge Manrique Grisales
Director de CBN
Medellín
Hace 30 años los paisas no sabían si algún día iban a tener Metro. Una serpiente de concreto atravesaba la ciudad y el sol y el agua comenzaban a oxidar el hierro de la estructura. En noviembre de 1989 se habían paralizado los trabajos. Se había acabado la plata y la ciudad atravesada una difícil situación por cuenta de la guerra entre el narcotráfico y el Estado.
Estamos en el Festival Gabriel García Márquez y el Metro nos trae y nos lleva por una ciudad acunada entre dos cadenas montañosas. En ese espacio aséptico que transporta decenas de miles de pasajeros al día está también parte de la historia de una ciudad que hoy sufre por los altos niveles de contaminación.
Fue gracias a créditos de la banca nacional e internacional, pignoración de impuestos y aportes de la nación que la obra se reanudó en 1992. De ese momento hasta ahora el amado Metro de los paisas no ha parado, salvo por fallas técnicas en algún tramo de su ya intrincada red de líneas y Metro-Cables que trepan por las montañas tutelares de la ciudad.
Minutos antes de iniciar su esperada charla sobre el “Zumbido y el moscardón”, el maestro Javier Darío Restrepo nos comentaba sobre el ejemplar comportamiento de los usuarios para con las personas de la tercera edad. “Mi hermana que es menor que yo pero que ya está en la tercera edad me cuenta que sigue montando en metro y que lo mejor es que le abren paso y la acomodan en un asiento”.
En horas pico, la entrada a las estaciones se congestiona pero al final todo fluye y todos llegan a su destino. Los adultos mayores y los pasajeros con niños de brazos tienen prioridad a la hora de ocupar las sillas.
Ahora existen un tranvía y una red de Metro Cables que conectan las laderas con el corredor principal que parece cada día más remozado gracias al cambio de vagones y el mantenimiento que se le hizo al parque más antiguo.
Los que no vivimos de Medellín pensamos ¿cómo sería, por ejemplo, Cali con un sistema de transporte tan limpio y efectivo como el amado Metro de Medellín? Ojalá algún día un alcalde se le mida al reto.