
Continuando con la historia de Cali, Alvaro Burgos presenta el siguiente panorama para la segunda mitad del Siglo XX:
«Los rasgos del progreso caleño eran evidentes. De emplear $1.866.730 de presupuesto en 1940, pasó a $43.938.755 en 1955. La construcción creció significativamente. Aparecieron en el centro los rascacielos, edificios de más de diez pisos como Edmond Zaccour y el Suramericana de Seguros.
La Plaza de Cayzedo se ‘pobló’ con el Colombiana de Seguros, el Cementos del Valle, el Banco de la República, el Edificio Sierra, el Ulpiano Lloreda, el Banco de Bogotá y el Hotel Nueva York (algunos ya desaparecidos), cuando apenas diez años antes, en 1945, sólo existían dos edificios comerciales de más de dos pisos.
Entre 1940 y 1952 se inscribieron 93 plantas industriales en Cali. En 1953 se registraron 1.300 compañías, cincuenta de ellas extranjeras. La producción manufacturera del Valle fue ese año de $669’771.697, de los cuales correspondieron a Cali $398’730.816. Casi el 27 por ciento fue por alimentos, 13.8 por ciento en textiles, 10.3 por ciento en calzado y ropa, y 9 por ciento respectivamente para productos químicos y bebidas. los depósitos bancarios más altos de colombia estuvieron por ese tiempo en Cali.
También en 1955 entró en servicio la Central Hidroeléctrica de Anchicayá que generó inicialmente 24.000 nuevos kilovatios, conlo que Cali quedó disponiendo de 100.000 kilovatios para su desarrollo. El acueducto de San Antonio pasó de servir 56.000 metros cúbicos por día, a 86.000. Se entregaron 20.600 nuevos teléfonos, esta vez automáticos; se creó un matadero frigorífico, se diseñó una central de abastecimientos, y la vida urbana entró de lleno en la modernidad.
Calipuerto fue el único terminal aéreo en el que aterrizaban los entonces gigantescos aviones DC-6 de Panagra. Mereció Cali, en los años cincuenta, el título de «Capital dinámica de Colombia». En 1961 nació el Diario Occidente.
Cuando la ciudad llegó a los VI Juegos Panamericanos, ya poseía 1′.100.000 habitantes y había multiplicado casi por tres la mayoría de sus indicadores sociales y económicos de quince años atrás. Uno de sus rasgos más decisivos de ese momento fue el inmenso civismo de sus habitantes, movilizado masivamente; difícil hallar en su historia otro momento tan estelar.
El ambiente cosmopolita, la hospitalidad de sus gentes, el sentirse ‘puerto mediterráneo’ y percibirse centro de miradas del mundo, fueron actores favorables para los Panamericanos. Financiados en un ochenta por ciento por la ciudad y apenas en un veinte por ciento por el Gobierno Nacional, Cali adelantó el ambicioso plan «Cali Ciudad Nueva» , con el cual ejecutó equipamiento urbano, ornato, seguridad, aseo, salud, servicios públicos, plan vial y obras varias de las cuales veinte por ciento tenía objetivo deportivo, y ocenta por ciento las zonas más pobres de la urbe. Cuando se produjo la ceremonia de clausura de los Panamericanos, la ciudad, ciertamente, se había convertido en otra, nueva, y se ratificó en la modernidad. Allí comenzó la Cali del futuro».
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Este emblemático edificio, aún funciona como hotel, y a pesar de los años, todavía presta sus servicios a la ciudadanía y es orgullo de lis caleños!!!